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sábado, 2 de julio de 2016

LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN ANTROPOLOGÍA: DE LO CONSCIENTE EMPÍRICO A LO INCONSCIENTE ESTRUCTURAL

     El conocimiento científico es uno de los diversos conocimientos que puede adquirir el ser humano (Parra Ramírez y Toro Jaramillo; 2006:16). Es así, como la ciencia se nos presenta como una manera de conocer la realidad, y además sirve para estudiar la naturaleza, la sociedad y los individuos (Echeverría; 1989:1). En este sentido, la ciencia podría definirse como una “…forma de conciencia social y constituye un sistema de conocimientos acerca de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento que representa el reflejo de las leyes del mundo objetivo en forma de conceptos, sistemas de símbolos, hipótesis, juicios y teorías.” (Díaz Narváez; 2009:47). Sin embargo, actualmente existen diversos criterios en cuanto a considerar qué es científico y qué no es. Para nosotros, la investigación científica consiste en revelar y estudiar la realidad estructural y no empírica que le da vida y determina la aparición y funcionamiento de lo concreto observable.

     Las investigaciones en antropología pueden ser consideradas una actividad científica, ya que detrás de su objeto de estudio que es la cultura y las relaciones sociales, se esconde una realidad estructural, no empírica e inconsciente que le da vida a lo concreto, observable y consciente. Claude Lévi-Strauss (1987:66), manifiesta que detrás de todo testimonio y expresión de la cultura se encuentra una realidad que no es manifestada por las personas: “…no cabe duda de que las razones inconscientes por las que se practica una costumbre o se comparte una creencia están muy alejadas de aquellas que se invocan para justificarlas.”; para Claude Lévi-Strauss, el objeto de estudio de la etnología se encuentra en las condiciones inconsciente de los hechos sociales. En este sentido, manifiesta la necesidad de alcanzar la estructura inconsciente que subyace en cada institución o cada costumbre, de tal manera que podamos obtener un principio de interpretación válido (Lévi-Strauss, 1987:68). De esta manera, encontramos afirmaciones como las de Maurice Godelier (1976:302) quien manifiesta al referirse al funcionalismo, que éste al dirigir su estudio a las relaciones sociales visibles, deja de descubrir la lógica subyacente de estas realidades visibles y a sus condiciones estructurales y circunstanciales de su aparición: “Tanto para Lévi-Strauss y Marx, las estructuras, las cuales constituyen la lógica profunda del sistema social el orden subyacente a partir del que debe el orden aparente, forman parte de una realidad no observable.” (Godelier; 1976:304). Por lo tanto, no solamente se estaría delimitando el objeto de estudio de la antropología, sino que además al dirigir los estudios antropológico hacia una instancia estructural e inconsciente que determina lo concreto y consciente, ésta estaría adquiriendo carácter de cientificidad al acceder, revelar y describir aquellas realidades no empíricas e inconscientes que le dan vida a lo observado y consciente de la cultura y la sociedad. 

                   …Marx enseñó que la ciencia social ya no se construye en el plano de los acontecimientos, así como tampoco la física se edifica sobre los datos de la sensibilidad: la finalidad es construir un modelo, estudiar sus propiedades y las diferentes maneras cómo reacciona en el laboratorio, para aplicar seguidamente esas observaciones a la interpretación de lo que ocurre empíricamente, y que puede hallarse muy alejado de las previsiones. (Lévi-Strauss; 1988:61).

     Al comparar los fenómenos físico-naturales con los fenómenos socio-culturales, encontramos que en efecto, en ambas existe una realidad estructural no empírica que determina la aparición y funcionamiento de lo concreto observable. Sin embargo, ambos fenómenos mantienen diferencias significativas que implica que el acceso a esa realidad estructural se lleve a cabo por diferentes caminos. Mientras que las ciencias naturales, pueden mediante la utilización de leyes generales, explicar casos particulares y generalizarlos, las ciencias sociales por su parte se limitan a comprender los casos particulares sin explicarlos, ya que cuando hablamos de poder explicativo significa capacidad predictiva, es decir, capacidad de predecir no solamente qué puede suceder en situaciones futuras, sino también cómo se encontraba el fenómeno anterior a su observación, algo que actualmente no es posible en las ciencias sociales. La conducta humana individual es impredecible, sin embargo, es posible llegar a comprender los motivos que la impulsan y determinan. Por lo tanto, la antropología se limita solamente a comprender su objeto de estudio; pueden describir, analizar, documentar, pero sólo a nivel superficial; las causas estructurales de los fenómenos sociales (actualmente) no es posible explicarlos, solamente se pueden llegar a comprender.

     Las ciencias naturales pueden explicar los fenómenos físico-naturales mediante la observación y análisis de los elementos que lo componen. En los fenómenos físico-naturales, el todo es la suma de sus partes y además, aunque sus elementos se desenvuelvan dentro de un contexto especifico, estos elementos poseen sus propias leyes de movimiento, en este sentido, la estructura en donde se encuentra no determina sus movimientos, sino más bien son las leyes de movimiento de los elementos los que determinan la estructura y su funcionamiento; en los fenómenos físico-naturales la estructura es la suma de sus partes, ya que los elementos al tener vida propia, son los que forman la estructura. En este sentido, es posible generalizar y predecir los movimientos de los elementos que conforman los fenómenos físico-naturales, independientemente de la estructura en donde se encuentre; pueden generalizar al encontrar estos elementos en otros contextos porque tienen sus propias leyes de movimiento, por lo tanto no están determinados por la estructura en donde se encuentren, sino más bien es la estructura la que está determinada por sus elementos.  En este sentido, no solamente se puede predecir el movimiento de los elementos, sino se puede predecir el funcionamiento de la estructura. En cuanto a los fenómenos socio-culturales, ocurre todo lo contrario. En los fenómenos sociales y culturales el todo no es la suma de sus partes, sino más bien cada uno de sus elementos está determinado por la estructura en donde se encuentre; esta última es la que determina los movimientos de sus elementos (la conducta humana individual está determinada por la estructura social); aunque se logre quitar uno de sus elementos, estas estructuras van a seguir funcionando de la misma manera, algo que no ocurre en los fenómenos físicos-naturales. Los fenómenos socio-culturales son estructuras complejas con variables que interactúan entre sí, en donde el todo no es la suma de sus partes y en donde sus elementos están condicionados por la estructura; sus elementos fuera de esa estructura no tiene significado y por ende no existe. Por lo tanto las ciencias sociales no pueden generalizar ni explicar los fenómenos, porque sus elementos dependen de la estructura en donde se encuentren, por lo tanto estos elementos no poseen leyes de movimiento propias. De esta manera, si se quiere llegar a conocer como se encuentra estructurada una realidad psíquica, social o cultural, se debe partir no de elementos aislados, sino más bien hay que abordar la realidad como un todo y en su ambiente natural (Martínez Miguélez; 2004:72), ya que en una totalidad organizada lo que ocurre en el todo no se puede deducir de sus elementos individuales, sino más bien lo que ocurre en una parte del todo lo determinan las leyes internas de la estructura que lo conforman; el todo no se explica por las partes, sino que son las partes las que por su inserción en el todo, reciben significado (Wertheimer citado en: Martínez Miguélez; 2004:188). Por tal motivo en ciencias naturales se parte de la inducción, mientras que en ciencias sociales se parte de la deducción. En los fenómenos socio-culturales, se trata de estudiar a ese todo integrado, identificando básicamente la naturaleza profunda de las realidades, de su estructura dinámica, la cual da razón plena de su comportamiento y manifestaciones (Martínez Miguélez; 2004:8). En ciencias sociales y antropología se estudia a sus elementos en conjunto hasta hallar la estructura que les da vida:

                 La antropología social a nacido del descubrimiento de que todos los aspectos de la vida social –económico, técnico, político, jurídico, estético, religioso- constituyen un conjunto significativo, siendo imposible comprender uno cualquiera de estos aspectos si no se lo coloca en medio de los demás. La antropología social tiende a ir del todo a las partes, o por lo menos a otorgar prioridad lógica al primero sobre las segundas. (Lévi-Strauss; 1987:369).

     Al ir del todo a las partes y el hecho de no poder estudiar la realidad socio-cultural a partir de sus elementos, implica que la actividad científica en antropología solamente se limita a comprender el objeto de estudio. Para Claude Lévi-Strauss (1988:61), comprender implica reducir una realidad específica, a otra realidad subyacente, siendo esta última el plano de lo real y no la realidad manifiesta, ya que la naturaleza de lo verdadero, se trasluce en el cuidado que se pone en sustraerse, por lo tanto, la cuestión radica en la relación de lo sensible con lo racional en cuyo caso se buscará integrar lo sensible con lo racional sin sacrificar sus propiedades. En este sentido, el comprender una práctica social o cultural, implica captar las relaciones internas, profundas y estructurales que la animan o impulsa. Este proceso se lleva a cabo a través de la abstracción de la realidad concreta u observada para posteriormente realizar una reordenación de esos componentes y así poder mostrar la realidad subyacente a través de otra realidad concreta. Karl Marx (2008:301), cuando describe “el método de la economía política” primeramente señala que al considerar el sistema económico-político de un país dado, se debe partir de lo concreto, es decir de la realidad observada. Sin embargo, aquel hecho concreto en sí, en palabras de Marx, se presenta como falso, ya que lo concreto no es más sino una representación caótica del conjunto ya que no nos muestra sus componentes y elementos que le dan vida, en este sentido lo concreto, es decir lo observado, debe abstraerse en sus componentes determinantes para así comenzar un proceso de análisis y reestructuración de estos componentes; el resultados será el acceso a esa otra realidad no observada que ya no será una representación caótica, sino más bien nos mostrará todo el conjunto de relaciones y determinaciones que le dan vida; es decir que una vez identificada una realidad concreta, se debe llevar a cabo un proceso de abstracción de lo concreto de tal manera que nos conduzca a otra realidad concreta, es decir llevar a cabo un proceso que va de los concreto a lo abstracto y de los abstracto a lo concreto, para así poder realizar una labor científica alcanzando unos resultados objetivos.

     Cuando decimos que la investigación científica en antropología consiste en ir de lo consciente empírico a lo inconsciente estructural, quiere de decir que toda investigación antropológica comienza con la observación del fenómeno, es decir con la realidad concreta observable y consciente. Todo estudio científico de la sociedad y la cultura comienza con la observación del hecho concreto, por lo tanto requiere de una metodología que se centre en la observación, o una extensión fenomenológica que corresponda con la referencia del observador, ya que: “La investigación social es una forma de conocimiento que se caracteriza por la construcción de evidencias empírica elaborada a partir de la teoría aplicando reglas de procedimiento explicitas.” (Baniolo, Dalle, Elbert y Sautu; 2005:14). Sin embargo, no se debe realizar cualquier tipo de observación, sino más bien  se trata de una observación que busca captar los elementos que permitan hallar la estructura que les dan vida, es decir, se debe abstraer la realidad observada. Al centrarnos en explorar el contexto estudiado (es decir el fenómeno objeto de observación) se busca describir de forma detallada y completa la situación en general, de tal manera que permita captar la realidad subjetiva que subyace a la acción social de los individuos (Parra Ramírez y Toro Jaramillo; 2006:24). En este sentido, debemos primeramente realizar un proceso de abstracción de la realidad concreta observable de tal manera que nos permita reunir un registro de lo observado, organizar la información y llegar a conjeturas acerca del porqué de lo observado:

                 En la vida social, la antropología ve un sistema cuyas partes de hallan todas orgánicamente ligadas entre sí; reconoce de buen grado que, para profundizar el conocimiento de ciertos tipos de fenómenos, es indispensable descomponer un conjunto, tal como lo hacen el psicólogo social, el jurista, el economista, el especialista en ciencias política. (Lévi-Strauss; 1987:376).

     El proceso de abstracción de la realidad concreta observable, no se limita solamente a la observación, sino también a la interacción y testimonios  de las personas ya que los fenómenos sociales y culturales no se limitan solamente a hechos concretos observable, sino que además están conformados por individuos que son los portadores de los significados que le dan vida a las estructuras de la sociedad y la cultura. En este sentido, los datos no solamente deben venir de la observación, sino también de la interacción con las personas que le dan vida al fenómeno social o cultura a estudiar. Sin embargo, los testimonios de las personas no nos revela en sí la estructura que los produjo ya que esta estructura es inconsciente para los individuos; todo testimonio y expresión consciente de los seres humanos no nos dice la verdadera realidad subyacente que determina las expresiones conscientes; toda conducta humana está determinada por una realidad estructural e inconsciente “…cuando hablamos, no sabemos lo que decimos, pues no somos dueño de la estructura que genera nuestro decir.” (Canales y Peinado; 1999:291). El individuo aunque es dueño de sus opiniones y acciones, sin embargo no es dueño de las estructuras que la generan. Claude Levi-Strauss (1987:66), expresa que es muy difícil encontrar una explicación razonable acerca de una costumbre o institución; aunque sus explicaciones pueda parecer muy razonable, sin embargo, éstas deben ser consideradas de tipo secundario, ya que las razones inconscientes por las que se practica una costumbre no se encuentran dentro de estas explicaciones. Cuando el etnólogo encuentra que cada una de las explicaciones dadas por los miembros de una cultura, se consiguen con explicaciones secundarias o superficiales y poco racionales acerca de sus costumbres e instituciones (Lévi-Strauss; 1987:66). Escasamente los miembros de una cultura se dan a la tarea de reflexionar acerca del origen y naturaleza por el cual se realiza alguna costumbre o práctica cultural, sólo se nos presentan explicaciones superficiales que no expresan su origen inconsciente (Lévi-Strauss; 1987:66). Sin embargo, Claude Lévi-Strauss nos dice que la etnología no puede obviar las expresiones conscientes, ya que a partir de ellas y mediante una marcha regresiva, podemos eliminar todo lo del acontecimiento y reflexión, que nos permita alcanzar, más allá de la imagen consciente, un inventario de posibilidades inconscientes (Lévi-Strauss, 1987:70). En las culturas encontramos una instancia inconsciente que no es manifestada por los miembros de una cultura, sin embargo, las categorías inconsciente que determinan en última instancia el funcionamiento de la magia, la religión o lingüística, debe buscarse a partir de los testimonios y observación de los participantes (Lévi-Strauss; 1987:24). En este sentido, los datos extraídos como producto de los testimonios e interacción, no solamente deben ser interpretados sino también reestructuraros en categorías hasta hallar la estructura que los produjo. Los testimonios y opiniones individuales, tan solo son fragmentos de la estructura que los determinan, por tal motivo debemos categorizarlos. En este sentido, para poder descubrir y comprender la estructura que le da vida a los fenómenos sociales y culturales, debemos no solamente estudiar la realidad como un todo sino también debemos estudiar a sus miembros en conjunto y no de forma individual, es este sentido, los testimonios que recogemos de las personas deben ser tomados como partes de un todo para posteriormente reducirlos a categorías.

     Toda investigación científica tiene como fin exponer una teoría sobre el objeto estudiado. Miguel Martínez (2002:102) nos sugiere que la mejor manera de comenzar la teorización, es mediante el proceso de integración de categorías menores en categorías más generales de tal manera que se logre construir una gran categoría general más amplia, más estructurada y más compleja, que integre y una a las demás categorías. En este sentido para hacer una teoría se debe: “…percibir, comparar, contrastar, añadir, ordenar, establecer nexos y relaciones y especular; es decir, que el proceso cognoscitivo de la teorización consiste en descubrir y manipular categorías y las relaciones entre ellas.” (Martínez Miguélez; 2002:90). Una vez completado el proceso de categorización con los datos extraídos, debemos estructuras las categorías de tal manera que muestre la realidad oculta, estructural, no empírica e inconsciente, lo que a su vez nos va a permitir exponer una teoría del fenómeno cultural o social estudiado, es decir por qué, y cómo ocurre este fenómeno. Esta teoría se nos presenta, según afirma Miguel Martínez Miguelez (2002:88), como un modelo no observable, que nos ofrece una estructura conceptual inteligible, sistemática y coherente para ordenar los fenómenos, es decir una manera de mirar los hechos, de organizarlos y conceptuarlos relacionando sus partes constituyentes:

Una teoría es una construcción mental simbólica, verbal o icónica, de naturaleza conjetural o hipotética, que nos obliga a pensar de un modo nuevo al completar, integrar, unificar, sistematizar o interpretar un cuerpo de conocimiento que hasta el momento se consideraba incompletos, imprecisos, inconexos o intuitivos. (Martínez Miguelez; 2002:88).

     Es solo a través de una teoría, que podemos ir más allá de esa realidad concreta observable y consciente. Este proceso se lleva a cabo a través de la interpretación y reestructuración de los datos extraídos de la realidad concreta observable, es decir, de la abstracción de la realidad; los datos extraídos deben ser clasificados en categorías y estas categorías a su vez reclasificadas hasta hallar la estructura, es decir la realidad estructural no empírica e inconsciente. En las ciencias naturales los datos confirman una teoría; la teoría antecede los datos. En antropología la teoría confirma los datos; los datos anteceden la teoría.

     La investigación científica en antropología tiene como su principal característica estudiar la realidad a través de las mismas personas, por lo tanto las teorías antropológicas surgen de los mismos datos encontrados. Los datos que se recogen en el campo son categorizados e interpretados, las categorías surgen de la recogida de datos en el trabajo de campo. Las conclusiones vienen de los mismos datos. Los datos que se recogen en el trabajo de campo deben venir de las mismas personas que le dan vida al fenómeno sociocultural a estudiar. Sin embargo, lo que expresan y manifiestan las personas, tal como hemos manifestado, no nos dice la verdadera realidad del fenómeno; la verdadera realidad de los fenómenos sociales se encuentra oculta, en el que a partir de los testimonios de las personas, se deben interpretar y categorizar y en base a esta categorización realizar la teorización del fenómeno, es decir exponer la otra realidad no empírica e inconsciente que le da vida a la realidad empírica y consciente.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Baniolo, P. Dalle, P. Elbert, R. y Sautu, R. (2005). Manual de metodología: Construcción del marco teórico, formulación de los objetivos y elección de la metodología. Buenos Aires: CLACSO.
Díaz Narváez, V. (2009). Metodología de la investigación y bioestadística. Santiago de Chile: R.I.L editores.
Echeverría,  J. (1989). Introducción a la metodología de la ciencia: la filosofía de la ciencia en el siglo XX. Barcelona: Editorial Barcanova. S.A.
Godelier, M. (1976). Antropología y economía. ¿Es posible la antropología económica? En: Godelier, M (Comp.). Antropología y economía. Barcelona: Anagrama.
Lévi-Strauss, C. (1987). Antropología estructural. Barcelona: Paidos.
Lévi-Strauss, C. (1988). Tristes trópicos. Buenos Aires: Paidos.
Manuel, C. y  Peinado, A. (1999). Grupos de discusión. En: Delgado, J. y Gutiérrez, J. (1999). Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Editorial SÍNTESIS.
Martínez Miguélez, Miguel. (2002). La investigación cualitativa etnográfica en educación. México, D.F: Ed. Trillas.
Martínez Miguélez, Miguel. (2004). Ciencia y arte en la metodología cualitativa. México, D.F: Ed. Trillas.
Marx, K. (2008). Contribución a la crítica de la economía política. Siglo Veintiuno: México, D.F.
Parra Ramírez, R. y Toro Jaramillo, J. (2006). Método y conocimiento: Metodología de la investigación.Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT.
     

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