El
conocimiento científico es uno de los diversos conocimientos que puede adquirir
el ser humano (Parra Ramírez y Toro Jaramillo; 2006:16). Es así, como la
ciencia se nos presenta como una manera de conocer la realidad, y además sirve
para estudiar la naturaleza, la sociedad y los individuos (Echeverría; 1989:1).
En este sentido, la ciencia podría definirse como una “…forma de conciencia
social y constituye un sistema de conocimientos acerca de la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento que representa el reflejo de las leyes del mundo
objetivo en forma de conceptos, sistemas de símbolos, hipótesis, juicios y
teorías.” (Díaz Narváez; 2009:47). Sin embargo,
actualmente existen diversos criterios en cuanto a considerar qué es científico
y qué no es. Para nosotros, la investigación científica consiste en revelar y
estudiar la realidad estructural y no empírica que le da vida y determina la
aparición y funcionamiento de lo concreto observable.
Las
investigaciones en antropología pueden ser consideradas una actividad
científica, ya que detrás de su objeto de estudio que es la cultura y las
relaciones sociales, se esconde una realidad estructural, no empírica e
inconsciente que le da vida a lo concreto, observable y consciente. Claude
Lévi-Strauss (1987:66), manifiesta que detrás de todo testimonio y expresión de
la cultura se encuentra una realidad que no es manifestada por las personas:
“…no cabe duda de que las razones inconscientes por las que se practica una
costumbre o se comparte una creencia están muy alejadas de aquellas que se
invocan para justificarlas.”; para Claude Lévi-Strauss, el objeto de estudio de
la etnología se encuentra en las condiciones inconsciente de los hechos
sociales. En este sentido, manifiesta la necesidad de alcanzar la estructura
inconsciente que subyace en cada institución o cada costumbre, de tal manera
que podamos obtener un principio de interpretación válido (Lévi-Strauss,
1987:68). De esta manera, encontramos afirmaciones como las de Maurice Godelier
(1976:302) quien manifiesta al referirse al funcionalismo, que éste al dirigir
su estudio a las relaciones sociales visibles, deja de descubrir la lógica
subyacente de estas realidades visibles y a sus condiciones estructurales y circunstanciales
de su aparición: “Tanto para Lévi-Strauss y Marx, las estructuras, las cuales
constituyen la lógica profunda del sistema social el orden subyacente a partir
del que debe el orden aparente, forman parte de una realidad no observable.”
(Godelier; 1976:304). Por lo tanto, no solamente se estaría delimitando el
objeto de estudio de la antropología, sino que además al dirigir los estudios
antropológico hacia una instancia estructural e inconsciente que determina lo
concreto y consciente, ésta estaría adquiriendo carácter de cientificidad al
acceder, revelar y describir aquellas realidades no empíricas e inconscientes
que le dan vida a lo observado y consciente de la cultura y la sociedad.
…Marx enseñó que la ciencia
social ya no se construye en el plano de los acontecimientos, así como tampoco
la física se edifica sobre los datos de la sensibilidad: la finalidad es
construir un modelo, estudiar sus propiedades y las diferentes maneras cómo
reacciona en el laboratorio, para aplicar seguidamente esas observaciones a la
interpretación de lo que ocurre empíricamente, y que puede hallarse muy alejado
de las previsiones. (Lévi-Strauss; 1988:61).
Al comparar los
fenómenos físico-naturales con los fenómenos socio-culturales, encontramos que
en efecto, en ambas existe una realidad estructural no empírica que determina
la aparición y funcionamiento de lo concreto observable. Sin embargo, ambos
fenómenos mantienen diferencias significativas que implica que el acceso a esa
realidad estructural se lleve a cabo por diferentes caminos. Mientras que las
ciencias naturales, pueden mediante la utilización de leyes generales, explicar
casos particulares y generalizarlos, las ciencias sociales por su parte se
limitan a comprender los casos particulares sin explicarlos, ya que cuando
hablamos de poder explicativo significa capacidad predictiva, es decir, capacidad
de predecir no solamente qué puede suceder en situaciones futuras, sino también
cómo se encontraba el fenómeno anterior a su observación, algo que actualmente
no es posible en las ciencias sociales. La conducta humana individual es
impredecible, sin embargo, es posible llegar a comprender los motivos que la
impulsan y determinan. Por lo tanto, la antropología se limita solamente a
comprender su objeto de estudio; pueden describir, analizar, documentar, pero
sólo a nivel superficial; las causas estructurales de los fenómenos sociales
(actualmente) no es posible explicarlos, solamente se pueden llegar a
comprender.
Las ciencias naturales pueden explicar los fenómenos físico-naturales mediante
la observación y análisis de los elementos que lo componen. En los fenómenos
físico-naturales, el todo es la suma de sus partes y además, aunque sus
elementos se desenvuelvan dentro de un contexto especifico, estos elementos
poseen sus propias leyes de movimiento, en este sentido, la estructura en donde
se encuentra no determina sus movimientos, sino más bien son las leyes de
movimiento de los elementos los que determinan la estructura y su
funcionamiento; en los fenómenos físico-naturales la estructura es la suma de
sus partes, ya que los elementos al tener vida propia, son los que forman la
estructura. En este sentido, es posible generalizar y predecir los movimientos
de los elementos que conforman los fenómenos físico-naturales,
independientemente de la estructura en donde se encuentre; pueden generalizar
al encontrar estos elementos en otros contextos porque tienen sus propias leyes
de movimiento, por lo tanto no están determinados por la estructura en donde se
encuentren, sino más bien es la estructura la que está determinada por sus
elementos. En este sentido, no solamente se puede predecir el movimiento
de los elementos, sino se puede predecir el funcionamiento de la estructura. En
cuanto a los fenómenos socio-culturales, ocurre todo lo contrario. En los
fenómenos sociales y culturales el todo no es la suma de sus partes, sino más
bien cada uno de sus elementos está determinado por la estructura en donde se
encuentre; esta última es la que determina los movimientos de sus elementos (la
conducta humana individual está determinada por la estructura social); aunque
se logre quitar uno de sus elementos, estas estructuras van a seguir
funcionando de la misma manera, algo que no ocurre en los fenómenos
físicos-naturales. Los fenómenos socio-culturales son estructuras complejas con
variables que interactúan entre sí, en donde el todo no es la suma de sus
partes y en donde sus elementos están condicionados por la estructura;
sus elementos fuera de esa estructura no tiene significado y por ende no
existe. Por lo tanto las
ciencias sociales no pueden generalizar ni explicar los fenómenos, porque sus
elementos dependen de la estructura en donde se encuentren, por lo tanto estos
elementos no poseen leyes de movimiento propias. De esta manera, si se quiere
llegar a conocer como se encuentra estructurada una realidad psíquica, social o
cultural, se debe partir no de elementos aislados, sino más bien hay que
abordar la realidad como un todo y en su ambiente natural (Martínez Miguélez;
2004:72), ya que en una totalidad organizada lo que ocurre en el todo no se
puede deducir de sus elementos individuales, sino más bien lo que ocurre en una
parte del todo lo determinan las leyes internas de la estructura que lo
conforman; el todo no se explica por las partes, sino que son las partes las
que por su inserción en el todo, reciben significado (Wertheimer citado en:
Martínez Miguélez; 2004:188). Por tal motivo en ciencias naturales se parte de
la inducción, mientras que en ciencias sociales se parte de la
deducción. En los fenómenos socio-culturales, se trata de estudiar a ese
todo integrado, identificando básicamente la naturaleza profunda de las
realidades, de su estructura dinámica, la cual da razón plena de su
comportamiento y manifestaciones (Martínez Miguélez; 2004:8). En ciencias
sociales y antropología se estudia a sus elementos en conjunto hasta hallar la
estructura que les da vida:
La antropología social a
nacido del descubrimiento de que todos los aspectos de la vida social
–económico, técnico, político, jurídico, estético, religioso- constituyen un
conjunto significativo, siendo imposible comprender uno cualquiera de estos
aspectos si no se lo coloca en medio de los demás. La antropología social
tiende a ir del todo a las partes, o por lo menos a otorgar prioridad lógica al
primero sobre las segundas. (Lévi-Strauss; 1987:369).
Al ir del todo a las partes y el hecho de no poder estudiar la realidad
socio-cultural a partir de sus elementos, implica que la actividad científica
en antropología solamente se limita a comprender el objeto de estudio. Para
Claude Lévi-Strauss (1988:61), comprender implica reducir una
realidad específica, a otra realidad subyacente, siendo esta última el plano de
lo real y no la realidad manifiesta, ya que la naturaleza de lo verdadero, se
trasluce en el cuidado que se pone en sustraerse, por lo tanto, la cuestión
radica en la relación de lo sensible con lo racional en cuyo caso se buscará
integrar lo sensible con lo racional sin sacrificar sus propiedades. En este
sentido, el comprender una práctica social o cultural, implica captar las
relaciones internas, profundas y estructurales que la animan o impulsa. Este
proceso se lleva a cabo a través de la abstracción de la realidad concreta u
observada para posteriormente realizar una reordenación de esos componentes y
así poder mostrar la realidad subyacente a través de otra realidad
concreta. Karl Marx (2008:301), cuando describe “el método de la
economía política” primeramente señala que al considerar el sistema
económico-político de un país dado, se debe partir de lo concreto, es decir de
la realidad observada. Sin embargo, aquel hecho concreto en sí, en palabras de
Marx, se presenta como falso, ya que lo concreto no es más sino una
representación caótica del conjunto ya que no nos muestra sus componentes y
elementos que le dan vida, en este sentido lo concreto, es decir lo observado,
debe abstraerse en sus componentes determinantes para así comenzar un proceso
de análisis y reestructuración de estos componentes; el resultados será el
acceso a esa otra realidad no observada que ya no será una representación
caótica, sino más bien nos mostrará todo el conjunto de relaciones y
determinaciones que le dan vida; es decir que una vez identificada una realidad
concreta, se debe llevar a cabo un proceso de abstracción de lo concreto de tal
manera que nos conduzca a otra realidad concreta, es decir llevar a cabo un
proceso que va de los concreto a lo abstracto y de los abstracto a lo concreto,
para así poder realizar una labor científica alcanzando unos resultados
objetivos.
Cuando
decimos que la investigación científica en antropología consiste en ir de lo
consciente empírico a lo inconsciente estructural, quiere de decir que toda
investigación antropológica comienza con la observación del fenómeno, es decir
con la realidad concreta observable y consciente. Todo estudio científico de la
sociedad y la cultura comienza con la observación del hecho concreto, por lo
tanto requiere de una metodología que se centre en la observación, o una extensión fenomenológica que
corresponda con la referencia del observador, ya que: “La investigación social
es una forma de conocimiento que se caracteriza por la construcción de
evidencias empírica elaborada a partir de la teoría aplicando reglas de
procedimiento explicitas.” (Baniolo, Dalle, Elbert y Sautu; 2005:14). Sin
embargo, no se debe realizar cualquier tipo de observación, sino más bien
se trata de una observación que busca captar los elementos que permitan hallar
la estructura que les dan vida, es decir, se debe abstraer la realidad observada. Al centrarnos en explorar el contexto estudiado (es decir
el fenómeno objeto de observación) se busca describir de forma detallada y
completa la situación en general, de tal manera que permita captar la realidad
subjetiva que subyace a la acción social de los individuos (Parra Ramírez y
Toro Jaramillo; 2006:24). En este sentido, debemos
primeramente realizar un proceso de abstracción de la realidad concreta
observable de tal manera que nos permita reunir un registro de lo observado,
organizar la información y llegar a conjeturas acerca del porqué de lo
observado:
En la vida social, la
antropología ve un sistema cuyas partes de hallan todas orgánicamente ligadas
entre sí; reconoce de buen grado que, para profundizar el conocimiento de ciertos
tipos de fenómenos, es indispensable descomponer un conjunto, tal como lo hacen
el psicólogo social, el jurista, el economista, el especialista en ciencias
política. (Lévi-Strauss; 1987:376).
El proceso de abstracción de la realidad concreta observable, no se limita
solamente a la observación, sino también a la interacción y testimonios
de las personas ya que los fenómenos sociales y culturales no se limitan
solamente a hechos concretos observable, sino que además están conformados por
individuos que son los portadores de los significados que le dan vida a las
estructuras de la sociedad y la cultura. En este sentido, los datos no
solamente deben venir de la observación, sino también de la interacción con las
personas que le dan vida al fenómeno social o cultura a estudiar. Sin embargo,
los testimonios de las personas no nos revela en sí la estructura que los
produjo ya que esta estructura es inconsciente para los individuos;
todo testimonio y expresión consciente de los seres humanos no nos dice la verdadera
realidad subyacente que determina las expresiones conscientes; toda conducta humana está determinada por
una realidad estructural e inconsciente “…cuando hablamos, no sabemos lo que
decimos, pues no somos dueño de la estructura que genera nuestro decir.”
(Canales y Peinado; 1999:291). El individuo aunque es dueño de sus opiniones y
acciones, sin embargo no es dueño de las estructuras que la generan. Claude
Levi-Strauss (1987:66), expresa que es muy difícil encontrar una explicación
razonable acerca de una costumbre o institución; aunque sus explicaciones pueda
parecer muy razonable, sin embargo, éstas deben ser consideradas de tipo
secundario, ya que las razones inconscientes por las que se practica una
costumbre no se encuentran dentro de estas explicaciones. Cuando el etnólogo
encuentra que cada una de las explicaciones dadas por los miembros de una
cultura, se consiguen con explicaciones secundarias o superficiales y poco
racionales acerca de sus costumbres e instituciones (Lévi-Strauss; 1987:66).
Escasamente los miembros de una cultura se dan a la tarea de reflexionar acerca
del origen y naturaleza por el cual se realiza alguna costumbre o práctica
cultural, sólo se nos presentan explicaciones superficiales que no expresan su
origen inconsciente (Lévi-Strauss; 1987:66). Sin embargo, Claude Lévi-Strauss nos dice que la
etnología no puede obviar las expresiones conscientes, ya que a partir de ellas
y mediante una marcha regresiva, podemos eliminar todo lo del acontecimiento y
reflexión, que nos permita alcanzar, más allá de la imagen consciente, un
inventario de posibilidades inconscientes (Lévi-Strauss, 1987:70). En las
culturas encontramos una instancia inconsciente que no es manifestada por los
miembros de una cultura, sin embargo, las categorías inconsciente que
determinan en última instancia el funcionamiento de la magia, la religión o
lingüística, debe buscarse a partir de los testimonios y observación de los
participantes (Lévi-Strauss; 1987:24). En este sentido, los datos extraídos
como producto de los testimonios e interacción, no solamente deben ser interpretados sino también
reestructuraros en categorías hasta hallar la estructura que los produjo. Los
testimonios y opiniones individuales, tan solo son fragmentos de la estructura
que los determinan, por tal motivo debemos categorizarlos. En este sentido,
para poder descubrir y comprender la estructura que le da vida a los fenómenos
sociales y culturales, debemos no solamente estudiar la realidad como un todo
sino también debemos estudiar a sus miembros en conjunto y no de forma
individual, es este sentido, los testimonios que recogemos de las personas
deben ser tomados como partes de un todo para posteriormente reducirlos a
categorías.
Toda
investigación científica tiene como fin exponer una teoría sobre el objeto
estudiado. Miguel Martínez (2002:102) nos sugiere que la mejor manera de
comenzar la teorización, es mediante el proceso de integración de categorías
menores en categorías más generales de tal manera que se logre construir una
gran categoría general más amplia, más estructurada y más compleja, que integre
y una a las demás categorías. En este sentido para hacer una teoría se debe:
“…percibir, comparar, contrastar, añadir, ordenar, establecer nexos y
relaciones y especular; es decir, que el proceso cognoscitivo de la teorización
consiste en descubrir y manipular categorías y las relaciones entre ellas.”
(Martínez Miguélez; 2002:90). Una vez completado el proceso de categorización
con los datos extraídos, debemos estructuras las categorías de tal manera que
muestre la realidad oculta, estructural, no empírica e inconsciente, lo que a
su vez nos va a permitir exponer una teoría del fenómeno cultural o social
estudiado, es decir por qué, y cómo ocurre este fenómeno. Esta teoría se nos
presenta, según afirma Miguel Martínez Miguelez (2002:88), como un modelo no
observable, que nos ofrece una estructura conceptual inteligible, sistemática y
coherente para ordenar los fenómenos, es decir una manera de mirar los hechos,
de organizarlos y conceptuarlos relacionando sus partes constituyentes:
Una
teoría es una construcción mental simbólica, verbal o icónica, de naturaleza
conjetural o hipotética, que nos obliga a pensar de un modo nuevo al completar,
integrar, unificar, sistematizar o interpretar un cuerpo de conocimiento que
hasta el momento se consideraba incompletos, imprecisos, inconexos o
intuitivos. (Martínez Miguelez; 2002:88).
Es solo a
través de una teoría, que podemos ir más allá de esa realidad concreta observable
y consciente. Este proceso se lleva a cabo a través de la interpretación y
reestructuración de los datos extraídos de la realidad concreta observable, es
decir, de la abstracción de la realidad; los datos extraídos deben ser
clasificados en categorías y estas categorías a su vez reclasificadas hasta
hallar la estructura, es decir la realidad estructural no empírica e
inconsciente. En las ciencias naturales los datos confirman una teoría; la
teoría antecede los datos. En antropología la teoría confirma los datos; los
datos anteceden la teoría.
La
investigación científica en antropología tiene como su principal característica
estudiar la realidad a través de las mismas personas, por lo tanto las teorías
antropológicas surgen de los mismos datos encontrados. Los datos que se recogen
en el campo son categorizados e interpretados, las categorías surgen de la
recogida de datos en el trabajo de campo. Las conclusiones vienen de los mismos
datos. Los datos que se recogen en el trabajo de campo deben venir de las
mismas personas que le dan vida al fenómeno sociocultural a estudiar. Sin
embargo, lo que expresan y manifiestan las personas, tal como hemos
manifestado, no nos dice la verdadera realidad del fenómeno; la verdadera
realidad de los fenómenos sociales se encuentra oculta, en el que a partir de
los testimonios de las personas, se deben interpretar y categorizar y en base a
esta categorización realizar la teorización del fenómeno, es decir exponer la
otra realidad no empírica e inconsciente que le da vida a la realidad empírica
y consciente.
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editores.
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J. (1989). Introducción a la metodología de la ciencia: la filosofía de
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Lévi-Strauss, C. (1987). Antropología
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Lévi-Strauss, C. (1988). Tristes
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Manuel, C. y Peinado, A. (1999).
Grupos de discusión. En: Delgado, J. y Gutiérrez, J. (1999). Métodos y
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Editorial SÍNTESIS.
Martínez Miguélez, Miguel. (2002). La
investigación cualitativa etnográfica en educación. México, D.F: Ed.
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Martínez Miguélez, Miguel. (2004). Ciencia
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Marx, K. (2008). Contribución a la
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Parra Ramírez,
R. y Toro Jaramillo, J. (2006). Método y conocimiento: Metodología de
la investigación.Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT.
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