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viernes, 17 de febrero de 2017

CULTURA POLÍTICA: IDEAS, ACTITUDES, ORIENTACIONES Y SIGNIFICADOS

    Los individuos que componen una sociedad, suelen compartir determinados patrones de conductas. De esta manera, encontramos distintos patrones conductuales que se encuentran fragmentados hacia determinados grupos dentro de la sociedad. Este mismo tipo de fragmentación conductual, lo observamos en la política. Es decir, en las sociedades nos podemos encontrar a grupos de individuos que siguen unas mismas pautas conductuales con respecto a la política. En este sentido, es posible encontrarnos dentro de las sociedades, a grupos de individuos que adoptan y expresan determinadas ideas, pensamientos, actitudes y comportamientos hacia la política. Este conjunto de ideas, actitudes y comportamientos es definido como la cultura política de una sociedad; “La cultura política es, por tanto, el atributo de un conjunto de ciudadanos que siguen una misma pauta de orientación o actitudes ante la política.” (Vallé; 2007:264). Por lo tanto, así como la cultura de una sociedad, entendida como el conjunto de conocimientos, creencias, valores, normas, tradiciones, mitos, rituales y costumbres, es determinante en el comportamiento social de los individuos, de igual manera, la cultura política entendida como el conjunto de conocimientos, creencias, valores, normas, tradiciones, mitos, rituales y costumbres compartidas por los miembros de una sociedad o grupo social hacia la política, es determinante en el comportamiento de los individuos hacia la política (Duarte Moller y Jaramillo Cardona; 2009:147).

     Almond y Verba (SF:180), nos define  la cultura política de una sociedad, como el conjunto de orientaciones y posturas que adoptan los individuos hacia el sistema político y sus elementos, así como también las aptitudes relacionadas a las funciones que cumple el individuo dentro de dicho sistema. De esta manera, vamos a tener distintas pautas de orientación individual hacia los elementos que forman parte del sistema político de una sociedad.  Almond y Verba (Ibídem), no solamente nos van a definir la cultura política de una nación como la particular distribución entre sus miembros de las pautas de orientación hacia los objetos políticos, sino también van a definir y especificar tanto los modos de orientación política, así como las clases de objetos políticos. Entre las orientaciones políticas, tenemos orientaciones cognitivas, afectivas y evaluativas;  las primeras se refieren a los conocimientos y creencias acerca del sistema político y sus incumbentes; por su parte las afectivas hacen referencias a los sentimientos acerca del sistema político, sus funciones y logros; mientras que en las orientaciones evaluativas tenemos los juicios y opiniones sobre los objetos políticos. Entre los objetos de orientación política, Almond y Verba (Ibídem) nos mencionan, primeramente las orientaciones hacia los objetos del sistema político, en donde tenemos sentimientos como el patriotismo o el desprecio por lo propio, las valoraciones de una nación como grande, pequeña, fuerte o débil, así como también la valoración del sistema político como democrático, constitucional o socialista. De igual manera, nos mencionan las orientaciones hacia uno mismo como elemento político activo y el sentido de competencia personal confrontado con el sistema político. Mientras que, en los referente a los elementos que componen un sistema político, los mismos autores (Op. Cit:181) nos presenta tres amplias categorías de objetos: 1) roles o estructuras específicas, tales como cuerpos legislativos, ejecutivos o burocráticos; 2) titulares de dichos roles, como lo son monarcas, legisladores y funcionarios, y 3) principios de gobierno, decisiones o imposiciones de decisiones públicas y específicas. Estas estructuras pueden clasificarse, tomando en cuenta si pertenecen o no, al proceso político o al proceso administrativo: Por proceso político entendemos la corriente de demandas que va de la sociedad al sistema político y la conversión de dichas demandas en principios gubernativos de autoridad. Entre las estructuras que pertenecen al sistema político, tenemos los partidos políticos, los grupos de intereses y los medios de comunicación, por su parte los procesos administrativos son aquellos aplicados o impuestos por los principios de autoridad del gobierno. Las estructuras predominantemente implicadas en este proceso incluirían las burocracias y los tribunales de justicia (Op. Cit: 181). En este sentido, según Almond y Verba (Op. Cit:182), la orientación política de un individuo puede ser comprobada sistemáticamente si analizamos los siguientes extremos: ¿Qué conocimientos posee de su nación y de su sistema político en términos generales, de su historia, situación, potencia, características «constitucionales» y otros temas semejantes? ¿Cuáles son sus sentimientos hacia estas características? ¿Cuáles son sus opiniones y juicios, más o menos meditados sobre ellas? ¿Qué conocimientos posee de las estructuras y roles de las diferentes élites políticas y de los principios de gobierno implicados en la corriente superior de la función política activa? ¿Cuáles son sus sentimientos y opiniones sobre estas estructuras, los dirigentes políticos y los programas de gobierno? ¿Qué conocimientos tiene de la corriente inferior de la imposición política, de las estructuras, individuos y decisiones implicados en estos procesos? ¿Cuáles son sus sentimientos y opiniones sobre ellos? ¿Cómo se considera a sí mismo en cuanto miembro de su sistema político? ¿Qué conocimiento tiene de sus derechos, facultades, obligaciones y de la estrategia a seguir para tener acceso a la influencia política? ¿Qué piensa acerca de sus posibilidades? ¿Qué normas de participación o de ejecución reconoce y emplea al formular juicios políticos u opiniones?

     Dependiendo de los distintos tipos de orientaciones políticas que observemos entre los individuos, vamos a tener distintos tipos de cultura política. Eleazar Ramos Lara (2006:33), no presenta varios tipos de cultura política, en el que tenemos primeramente, el concepto de “cultura política parroquial” caracterizada por a) un desconocimiento del entramado institucional del sistema político y sus funciones gubernamentales, b) permanecen al margen de la toma de decisiones publica, y c) desconocen los costos y beneficios de las políticas públicas; esto ocurre cuando las orientaciones políticas de los ciudadanos son vagas, constreñidas al espacio local, caracterizada por un bajo nivel de conocimiento del sistema en su conjunto. Mientras que cuando los individuo son conscientes de la existencia de un gobierno central y la respuestas a sus demandas, aunque sin embargo, no sabe cómo influir en la toma de decisiones colectivas, lo cual conlleva a una participación cívica baja, es entonces cuando tenemos una “cultura política subordinada o de súbditos”, es decir cuando los ciudadanos poseen información sobre la estructura institucional del sistema político aunque no participan en el proceso de toma de decisiones ni en la formulación de demandas, además de ser pasivos frente a los mecanismos de reproducción del poder político y presentar un fuerte abstencionismo en los procesos electorales; son conscientes de los beneficios de las políticas públicas, sin embargo, los esperan de forma paternal o providencial (Ibidem). De igual manera, tenemos el término de “cultura política cívica o participante”, que son aquellos ciudadanos que se distingues por conocer perfectamente cómo opera el sistema político, sus respuestas y además saben cómo organizarse y participar activamente para incidir en las políticas aplicadas por el Estado; aquí los ciudadanos no solamente poseen información sobre la estructura institucional del sistema político, sino también,  se involucran y participan activamente en el proceso de formulación de demandas y en la toma de decisiones y forman parte de los mecanismos de reproducción del poder político, acuden a las urnas en los procesos electorales y son conscientes de los beneficios de las políticas públicas, los cuales coadyuvan a obtener de manera activa (Oc. Cit. 34). De esta manera, podemos asociar estos distintos tipos de cultura política con sus respectivos régimen políticos, así por ejemplo tenemos que la “cultura política subordinada o de súbdito” la identificamos con los regímenes autoritarios, mientras que la “cultura política cívica o participante”, la tenemos como condición y soporte de los regímenes democráticos, sin embargo, debemos aclarar que no siempre podemos esperar estas combinaciones y de igual manera es posible tener combinaciones, como por ejemplo “subordinada-participante” o “parroquial-participante” etc. (Ibídem). En este sentido, tenemos que aquellos elementos que forman parte de una cultura política, lo vamos a encontrar reflejados en las distintas manifestaciones y participación de los ciudadanos hacia la política: “En términos generales, el conjunto de elementos cognoscitivos y valorativos que determinan el perfil de la cultura política se ve reflejado de manera directa en las modalidades de la participación ciudadana y en la percepción que ésta tiene sobre la política.” (Gutiérrez; 2007:64).

     La cultura política de una sociedad, no siempre coincide con el régimen político. Pueden existir casos en el que una determinada cultura política, pueda expresar determinadas ideas acerca de cómo debe funcionar el sistema político, que sin embargo, no son compartidas ni manifestadas por el régimen político de esa sociedad ni por el funcionamiento de la estructura. En estos casos, nos encontramos ante un estado latente de inestabilidad política y social, que puede generar desde protestas, cambio de régimen político, revoluciones y hasta guerras civiles. Estos casos suceden principalmente cuando tenemos una cultura política mixta, que es, en donde vamos a encontrar esta tendencia a la inestabilidad (Almond y Verba; SF:187). En una sociedad, es posible encontrarnos con diferentes ideas y pensamientos acerca de cómo debe funcionar la política y sus elementos que no siempre coinciden entre sí, es así como vamos a tener distintos tipo de cultura política dentro de una misma sociedad;  “Ahora bien, en una sociedad compleja no existe una cultura política homogénea, sino que se dan en su interior un conjunto de subculturas políticas que dan origen a comportamientos políticos diferenciados.” (Bobbio. Citado en: Duarte Moller y Jaramillo Cardona; 2009:148). En este sentido, al tener una cultura política mixta, en donde vamos a tener distintos tipos de ideas, creencias y aptitudes de los individuos hacia la política y sus funciones y que a su vez pueden ser antagónicas, con lo cual se puede llegar a un estado de confrontación o guerras civiles por cambiar el sistema político hacia estas ideas y creencias acerca de cómo debe funcionar el sistema político. Aunque de igual manera, podemos mencionar que una cultura política que no coincida con el tipo de régimen, puede estabilizarse para después llegar a coincidir con el régimen político o por el contrario, puede darse el caso que la cultura política, influya en el cambio de régimen político; 

           El proceso evolutivo de una cultura política puede estabilizarse en un punto concreto antes de llegar a la congruencia, con una estructura autoritaria centralizada u otra democrática; o bien el desarrollo puede tomar una dirección parecida a la de Inglaterra, donde una pauta continua y lenta de evolución cultural fue acompañada por continuos cambios correspondientes en la estructura. (Almond y Verba; SF: 187). 

     El hecho que, la cultura política de una sociedad no coincida con el régimen político, nos dice que no existe una continuidad entre cultura política y régimen político, ni tampoco con el funcionamiento de la estructura política; es decir la cultura política no crea ni al régimen político, ni a la estructura política que es donde descansa este último. La estructura política es creada por una cultura, pero no por la cultura política de sus ciudadanos, sino más bien por la cultura de los grupos que detentan el poder, la cual no necesariamente tiene que coincidir con la cultura política de los ciudadanos; las normas, leyes, constituciones, ideologías, formas de gobierno, gestión gubernamental, distribución de los recursos, aplicación de la ley y demás elementos que forman parte del sistema político, funciona y está determinado por la ideas, pensamientos, creencias y conocimientos de aquellos individuos que detentan el poder. La cultura política de una sociedad pertenece a un conjunto más amplio, que es la del conjunto de ideas, pensamientos, creencias, aptitudes y modos de comportamiento que son producidos por una sociedad. Todo ese conjunto de pensamientos, ideas, creencias, aptitudes y comportamientos que adoptan los individuos hacia la política, forman parte de un sistema de relaciones que les da vida y sentido; “En cualquier caso, conductas, ideas y valores relacionados con los procesos electorales que ahora tan poderosamente llaman nuestra atención, son sólo parte de un universo mucho más comprensivo y en buena medida explicable desde este conjunto mayor.” (Krotz; 1999:12). En este sentido, la cultura política de una sociedad no va funcionar de manera aislada ni autónoma, sino más bien cada una de sus expresiones, son una parte de todo el conjunto de pensamientos, ideas, creencias, aptitudes y comportamientos que son producidos por una sociedad. En este sentido, tenemos que todas las ideas, creencias, pensamientos, aptitudes y comportamientos que adoptan los individuos hacia la política, son producidos por el mismo sistema que ha producido las ideas, creencias, aptitudes y comportamientos que adoptan los individuos de una sociedad. La cultura política es una de las diversas culturas que produce una sociedad, es decir uno de los tantos modos de comportamientos, ideas, creencias, pensamientos, aptitudes y costumbres que produce una sociedad e impone a sus individuos:

 La cultura política de cualquier sociedad es en parte producto de su cultura general. La cultura incorpora todas las influencias –históricas, religiosas, étnicas, políticas- que afectan los valores y las actitudes de una sociedad. La cultura política es un microcosmos de la cultura mayor, con su foco puesto específicamente en los valores y las actitudes relacionado con la posición y el comportamiento político de cada individuo. (Ai Camp; 2000:78).


     La cultura política va a funcionar igual a como funciona la cultura de una sociedad, es decir como un conjunto de sistemas simbólicos, en la cual la cultura política va a ser uno de esos sistemas. Todo el conjunto de ideas, valores, estilos de vida, pensamientos, costumbres, creencias, tradiciones, identidades, hábitos y modos de comportamiento que observamos en una sociedad, no son más sino un conjunto de sistema simbólicos creados por los mecanismos inconscientes de la mente humana que en conjunto forman la cultura de una sociedad. Detrás de estos sistemas simbólicos, encontramos estructuras de oposiciones binarias, las cuales sirven de base para la formación de sistemas de significados que van a ser expresados a través de signos y símbolos, formando así los sistemas simbólicos. Los pensamientos, ideas, creencias, aptitudes y comportamientos que van a adoptar los individuos hacia la política, así como también los elementos que forman parte del sistema político (incluyendo el mismo sistema político), son producto de estas estructuras de oposiciones binarias y de los sistemas de significados; “De esta forma, la actividad política está –como el resto de la actividad humana- coordinada por la significación, por la emisión de símbolos que pueden ser descodificados (Ramos Lara; 2006:43). Por lo tanto, la cultura política más allá de ser un conjunto de ideas, actitudes y orientaciones, se encuentra definida por los significados sociales a ellos asociados. Estos significados no va a ser universales, sino más bien van a ser particulares en el sentido que cada cultura va a seleccionar los significados que van a adoptar los individuos hacia la política; en las sociedades encontramos distintos significados hacia los elementos del sistema político, por lo tanto, encontramos distintas actitudes y pensamientos hacia la política, e incluso dentro de una misma sociedad, encontramos distintos pensamientos y actitudes entre los grupos hacia la estructura política y sus elementos porque existen distintos significados; “…de manera que esos significados tienen sólo las connotaciones que ese grupo humano particular les da, pudiendo ser parecido a los otros grupos, pero difícilmente todos los significados iguales en su compleja totalidad.” (Ramos Lara; 2006:54). En este sentido, tenemos que detrás de todo ese conjunto de ideas, pensamientos, creencias, actitudes y comportamientos que adoptan los individuos que forman parte de una sociedad hacia los elementos del sistema políticos, así como también de toda manifestación política, todo movimiento político, revoluciones, lideres, ideología, orientación política hacia partidos o candidatos, etc.; tenemos la existencia de significados: 
                
                 En este sentido, es como un esquema que transmite significaciones materializadas en símbolos y signos de una generación a otra; esto es, un sistema de modelos que se heredan y expresan a través de formas simbólicas con las cuales los actores sociales se comunican, perpetúa y adquieren sus conocimientos y actitudes frente a la política. (Castro Domingo; 2011:242).
               

     Las estructuras de oposiciones binarias, así como el sistema simbólico que crea la cultura política y al sistema político y sus elementos, permanece inconsciente a los individuos. Sin embargo, sí pueden adquirir consciencia de los significados. Estos significados son los que van a determinar y guiar el comportamiento y la conducta de todos los individuos que forman parte de una cultura y sociedad; detrás de toda acción individual de los seres humanos existe un significado, por lo tanto detrás de toda expresión y manifestación política existe un significado que determina por qué se hace tal o cual cosa; “De esta forma, la actividad política está –como el resto de la actividad humana- coordinada por la significación, por la emisión de símbolos que pueden ser descodificados.” (Ramos Lara; 2006:43). Los sistemas simbólicos son los que van a determinar toda conducta humana ya que son ellos los que le dan significado, no solamente a toda acción y expresión humana, sino también a todos los elementos que forman parte de la sociedad incluyendo los elementos del sistema político: 
                
                  En este sentido, el enfoque interpretativo recurre a dos ejes de análisis: el sentido y el significado intersubjetivos que la acción social tiene para sus protagonistas; por eso su principio de partida es: tras lo visible de las acciones sociales yacen dispositivos de significados simbólicos que otorgan sentido y –por ende- controlan la conducta de los seres humanos. (Ramos Lara; 2006:44).

     Los individuos siguen determinadas idea y adoptan patrones de comportamiento y aptitudes hacia el sistema político, porque detrás esa acción hay un significado. En este sentido, al interpretar los significados que se encuentran detrás de toda acción y expresión política de los individuos, podemos comprender el comportamiento, las ideas, pensamiento y actitudes hacia el sistema político por parte de las personas, al igual que las inclinaciones hacia un determinado régimen político (democracia, dictadura, monarquía, etc.), inclinaciones hacia determinada ideología política, partido político o candidato, así como también podemos comprender los movimientos políticos, revoluciones, guerras civiles (originadas por el control político). Sin embargo, aunque los individuos sean conscientes de los significados, estos no son manifestados de manera evidente, por lo que es necesario realizar una labor interpretativa para así poder revelar cuáles. Esta interpretación, debe hacerse desde las mismas personas, es decir, interpretar desde sus mismos testimonios, los motivos por el que se inclinan o adoptan determinadas ideas, conducta o actitudes hacia el sistema político, es decir, de la propia interpretación que las personas hacen de su propia conducta, para lo cual debemos interactuar e interrelacionarnos con las mismas personas:

Dicho en otros términos, para todo acercamiento hermenéutico del mundo social, el análisis consiste en desentrañar las estructuras de significación y en determinar su campo social de acción y su alcance, sin olvidar que el investigador extrae la <<subjetividad>> de los actores mediantes recursos dialógicos fundados en la descripción y explicación que los actores ofrecen de sus propias acciones en su propia vida social, lo que nos lleva a reconocer que nuestros <<datos>> de análisis son realmente interpretaciones de interpretaciones de otras personas sobre lo que ellas piensan, creen y sienten. (Ramos Lara; 2006: 48).


     El estudio de la cultura política, nos puede revelar el origen y naturaleza de las ideas, creencias, pensamientos, orientaciones e inclinaciones de los ciudadanos hacia la política y sus elementos. Por lo tanto, estaríamos en condiciones de comprender las distintas aptitudes y comportamientos de los individuos hacia los movimientos políticos, regímenes políticos, ideologías políticas, revoluciones, guerras civiles, permanencia o no de un régimen político, líderes políticos, partidos políticos y de todo fenómeno político de una sociedad. Detrás de todo fenómeno político, existe una cultura política que lo legitima y le da vida. Aunque las revoluciones, líderes políticos, guerras civiles, régimen, ideología política, etc., no sean creados por la cultura política de una sociedad,  sin embargo, son los ciudadanos las que las legitiman y les dan vida: para que exista una guerra civil tiene que haber individuos dispuestos a luchar en dicha contienda, y los motivos que los impulsa a participar en tal acción, se encuentra en la cultura política, lo mismo ocurre con los líderes políticos, revoluciones, ideología política, etc. En este sentido, el estudio de la cultura política sólo nos puede revelar el origen y naturaleza  de las orientaciones, aptitudes y comportamientos de los individuos hacia el sistema político. Lo fenómenos político, (regímenes político, ideologías, partidos políticos, revoluciones, guerras civiles, movimientos político, etc.), son creados y dirigidos por aquellos grupos que detentan el poder, el cual representa un grupo entre los tanto que encontramos en la sociedad, que sin embargo, llegan al poder por ser dueños de determinados recursos, cuyos recursos les permite situarse en determinadas posiciones dentro de la sociedad cuyas posiciones les permite acceder al poder.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA

Ai Camp, Roderic (2000). La política en México: el declive del autoritarismo. Siglo XXI: México.

Almond, Gabriel A. y Verba, Sidney (SF). La cultura política. Recuperado de: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/cpuno/asoc/profesores/lecturas/almondverba.pdf

Castro Domingo, Pablo. (2011). Cultura política: una propuesta socio-antropológica de la construcción de sentido en la política. Recuperado de: https://www.colson.edu.mx:4433/Revista/Articulos/50/7Domingo.pdf

Duarte Moller, Armando; Jaramillo Cardona, Martha Cecilia (2009). Cultura política, participación ciudadana y consolidación democrática en México. Espiral, vol. XVI, núm. 46, septiembre-diciembre, 2009, pp. 137-171 Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13811856005

Gutiérrez, Roberto (2007). Conocimiento ciudadano sobre la democracia en México a través de la ENCUP. En: Cultura política y participación ciudadana antes y después de 2006. SEGOB: México. D.F.

Krotz, Esteban. (1999). Antropología, elecciones y cultura política. Nueva Antropología, vol. XI, No. 38, México. Recuperado de: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/nuant/cont/38/cnt/cnt1.pdf

Ramos Lara, Eleazar (2006). Taxonomía o metáfora sobre el concepto de cultura política. En: González Pérez, Marco Antonio (coord.). Pensando la política: representación social y cultura
política en jóvenes mexicanos. Plaza y Valdés, S.A.: México, D.F. Consultado en: https://books.google.co.ve/books/about/Pensando_la_pol%C3%ADtica.html?id=MC16mFnVEGkC

Vallé, Josep María (2007). Ciencia política: una introducción. Editorial Ariel, S.A. Barcelona. Consultado en: http://metodologiainvestigacionpolitica.blogspot.com/2013/04/libro-ciencia-politica-una-introduccion.html